Por: Maricruz Quirós | [email protected]
Sin espacio a duda, las empresas son otras en muchos aspectos después de 2020 y la Covid-19. Recordar esos primeros meses de pandemia es borroso; quizás, la manera de sobrevivir a tanta incertidumbre hizo que el calendario perdiera su orden y los recuerdos más claros a nivel profesional, sean las decisiones acertadas que se tomaron.
El mundo quedó en pausa y lo que es peor, sin fecha de reinicio. Muchos sectores productivos tuvieron que soportar el golpe económico que esto representó. Despidos, cierres de locales, desabastecimiento, incumplimientos de contratos, fueron algunos de los retos que se tuvieron que asumir, mientras nos enfrentábamos a nuevos formatos de trabajo, la demanda de un liderazgo a la distancia, el manejo de casos de contagio entre los colaboradores, lamentables muertes y una lista interminable de decisiones que se debían tomar sin tener un referente. La presión fue mucha, pero, igualmente, el aprendizaje adquirido es enorme.
A diferencia de otras crisis que no han iniciado por un tema de salud y por ende, no han impactado al mundo entero, esta pandemia evidenció la importancia que tiene la comunicación para que las marcas mantenga el vínculo con sus audiencias, más aún al estar en crisis. Y es que al ser la comunicación una inversión que no se refleja inmediatamente en ventas, solía ser el primer rubro que se sacrifica en momentos de reducción presupuestaria.
Durante los meses más duros y restrictivos de la pandemia, las marcas mantuvieron la conexión con sus públicos a través de los canales que tenían activos, y mediante nuevos formatos digitales que les permitían comunicarse de otras maneras, más enfocadas y con costos más manejables.
Muchas empresas se solidarizaron con las comunidades en las que operan, y no dudaron en apoyar las necesidades más inmediatas donando insumos como mascarillas, batas, etc. o llevando sus productos para mostrar su agradecimiento a los profesionales de la salud y quienes estaban lidiando con la batalla en primera fila. También, las campañas de lavado de manos y el uso de mascarillas fueron promovidas por muchas empresas en sus canales, como parte de contenido de valor para sus audiencias. Todas estas acciones fueron visibles a través de los medios de comunicación y las redes sociales. La generación de contenido permitió que las empresas mantuvieran la conexión con sus audiencias, a pesar de las restricciones y la pausa a la que nos vimos obligados. ¿Y cuál es la importancia de esto? Que las empresas siguieron construyendo su reputación de marca y conectaron desde un lugar que no era comercial con la opinión pública.
Y es que elegir un momento de crisis para eliminar el presupuesto asignado a la comunicación, lejos de un ahorro, puede ser una decisión muy costosa, porque son estas acciones las que me permiten seguir construyendo experiencias para mis clientes y públicos meta, así como contenido de valor que me diferencie como producto o servicio.
Pensar en el manejo interno de las empresas durante esta pandemia, sin las campañas de comunicación que se implementaron, es imposible. En momentos de incertidumbre como los que pasaron los colaboradores de muchos negocios, la comunicación fue clave para mermar las dudas por el futuro, y para dar a conocer los nuevos protocolos que se requerían para seguir operando mientras se cuidaba la salud de su recurso humano.
Las empresas que optaron por mantener su comunicación activa, durante la pandemia, tuvieron la visión de sostener una inversión que les permitió conectar con sus audiencias mediante un discurso proactivo, en el que se aseguraron de definir el posicionamiento que querían y de ofrecer valor, más allá de su fin comercial.
Uno de los grandes aprendizajes a nivel profesional que nos deja la Covid-19, es redimir la inversión en acciones comunicativas, darles el valor que merecen. Tuvimos la decisión de ser la empresa que se silenció o la que informó las acciones solidarias que estaba ejecutando, contribuyó a dar a conocer las medidas necesarias para que, entre todos, saliéramos de esta pausa, y con acciones de comunicación controló la incertidumbre de sus colaboradores, proveedores y socios comerciales.
El futuro nos plantea la posibilidad de formular o fortalecer la estrategia de comunicación, sabiendo que es una inversión no solo valiosa sino necesaria.
***Las opiniones aquí expresadas son de exclusiva responsabilidad del autor, y pueden no coincidir con las del cuerpo editorial de esta revista o las de este gremio empresarial.