Por: Ariel Alexander Ayala N. | [email protected]
Inexorablemente el mundo laboral ha cambiado mucho en los años recientes, se estima que el impacto que ha recibido este mercado desde 2020, es el más grande nunca antes experimentando en los últimos 78 años, esto es: desde la Segunda Guerra Mundial. Más aún, los últimos dos años han venido a renovar la urgencia de reconfigurar el mundo del trabajo, en ManpowerGroup, hemos podido identificar cuatro grandes fuerzas que han surgido como los modeladores del presente desde la perspectiva tanto de empleadores y como de los colaboradores.
La primera de ella es lo que los trabajadores quieren, cerca del 81% espera recibir de sus empleadores programas de capacitación para mantenerse actualizados dentro de las labores que realizan, una cifra tan alta que no atenderla es un anuncio predictivo de insatisfacción laboral, lo que conlleva a otras complicaciones que desembocan en rotación, una realidad en la que ningún empleador desea incurrir por los altos costos implicados. De la misma manera un 49% de los trabajadores está despuesto a incluso cambiarse de trabajo por mayores beneficios y flexibilidad, lo que demuestra una cierta conciencia de que hay un mercado compitiendo por el mejor talento y dispuesto a satisfacer sus aspiraciones, en otras palabras si nuestros paquetes de beneficios – en especial trabajo flexible – no resultan atractivos, estamos corriendo riesgo de perder en la guerra por el talento y como sabemos el principal activo de todas las empresas es el capital humano, por lo que resulta crucial cuidarlo.
Una segunda mega tendencia reconfigurando el mundo del trabajo es la escasez de talento, en Panamá cerca del 55% de los empleadores experimenta dificultad para cubrir las posiciones que apertura, una de las cifras más altas de la historia, de lo que podemos inferir que existe una desconexión entre las habilidades demandadas y las ofertadas por los profesionales, por lo que hoy más que nunca resulta de crucial importancia el “upskilling” y “reskilling” o lo que es lo mismo, la capacidad de desaprender y reaprender nuevos conocimientos y formas más eficientes de hacer el trabajo. La facilidad para lograr resultados -deseada por todos los empleadores- está directamente vinculada a la creatividad mediante el ensayo y error así como el aprender de las experiencias erróneas, por eso equivocarse rápido resulta esencial para los profesionales de alto desempeño, éstas son características que juegan más en terrero de las habilidades blandas que en el área del conocimiento puramente académico, y las misma junto con la curiosidad intelectual son de los principales motores para incrementar el coeficiente de aprendizaje que será crítico a la hora de competir por los mejores puestos de trabajo y escalar hacia el liderazgo.
Indudablemente una tercera fuerza que ha dinamizado y hecho más competitivo el mercado laboral son las aceleraciones tecnológicas, 81% de los empleadores a nivel internacional ha avanzado hacia la digitalización en respuesta a la coyuntura sanitaria y actualmente 1 de cada 3 organizaciones planea invertir más en tecnología de lo que ya lo venían haciendo, lo que se traduce en significativas oportunidades de trabajo y de sobresalir para aquellos con habilidades digitales y conocimiento tecnológico aplicable, virtualmente todas las funciones empresariales están siendo tocadas por este fenómeno, desde recursos humanos con sistemas de rastreo de aplicantes, pasando por finanzas con el desarrollo de modelos predictivos basado en el análisis de big data y llegando a comercial con el relacionamiento a través de plataformas digitales y las ventas por e-commerce o aplicaciones de economía compartida. Sin duda las empresas hoy no lucen como ayer, el profesional comprometido podrá aprovechar el contexto para reinventarse y ser exitoso en la compañía donde se desempeñe.
Por último tenemos la reconfiguración de las empresas, pasando de una postura defensiva y reactiva a una cultura más volcada sobre lo estratégico y lo proactivo, 83% de las organizaciones creen en las metodologías agiles como el mantra con el cual afrontar el constante cambio y es que hoy por hoy no solo necesitamos ser flexibles, también se ha redefinido el concepto de resiliencia siendo que un evento catastrófico con baja probabilidad de ocurrencia se convirtió en una nueva realidad, dejando empresas fuera del negocio y desabasteciendo total o parcialmente regiones enteras. Los tomadores de decisiones aprecian más que nunca la función de recibir y analizar información a tiempo para anticiparse a nuevos riesgos potenciales, de la misma manera los trabajadores empiezan a creer en la empresa como primera fuente de información confiable y sitio seguro para salvaguardar su salud y la de sus seres queridos, una responsabilidad enorme y que genera un nexo emocional fuerte entre trabajadores y empleadores que sobrepasa las tradicionales relaciones transaccionales de la vida profesional.
En conclusión, es definitivamente un nuevo amanecer para el mercado del laboral, quienes sepan leer bien el futuro del trabajo tendrán una ventaja competitiva sobre los que no y esto es tan válido para trabajadores como lo es para empleadores, la capacidad de reinventarse al mismo ritmo que se transforman los mercados va a determinar en buena parte nuestro éxito empresarial y esto a la postre permeará nuestras carreras ya sea beneficiándolas o perjudicándolas por eso hoy por hoy el compromiso hacia el progreso es más crítico que nunca pues será el constructor de nuestra realidad individual, nacional y global.
***Las opiniones aquí expresadas son de exclusiva responsabilidad del autor, y pueden no coincidir con las del cuerpo editorial de esta revista o las de este gremio empres