En gran medida, las bases regulatorias e institucionales para el desarrollo de APP están establecidas. El desafío es mejorar la preparación de proyectos, el financiamiento y la gestión de riesgos, según un análisis regional.
Por: Malema De León | [email protected]
Los países de América Latina y el Caribe han dado pasos significativos en la creación de entornos propicios para el desarrollo de asociaciones público-privadas (APP) eficientes y sostenibles en infraestructura, de acuerdo con resultados de la séptima edición del Infrascopio (2021/2022).
De la mencionada publicación, que evalúa la capacidad de los países para movilizar la inversión privada en infraestructura a través de las APP y que es desarrollada cada dos años por Economist Impact, unidad de análisis del grupo The Economist, y comisionada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se desprende que Brasil y Chile destacan especialmente, y cinco más muestran un alto rendimiento: Uruguay, Colombia, Perú, Panamá y Costa Rica.
“Las bases regulatorias e institucionales para el desarrollo de APP están en gran medida ya establecidas en toda la región, ahora la atención debe centrarse en mejorar la preparación de proyectos, el financiamiento y la gestión de riesgos”, se señala en este estudio que representa herramienta de análisis para la toma de decisiones.
Al respecto, el presidente del BID, Mauricio Claver-Carone señaló que las APP son una gran oportunidad para expandir mercados, generar empleos, contribuir a la recuperación económica y el crecimiento de la región. Desde el BID, a través de una Ventanilla Única en APP, se apoya la colaboración entre los sectores público y privado bajo este modelo, y para lograrlo el primer paso es comprender los desafíos y oportunidades que cada país tiene, “de ahí la importancia de herramientas de análisis como el Infrascopio”.
Esta nueva edición del Infrascopio se ha ampliado a los 26 países miembros prestatarios del BID e incluye un nuevo marco de indicadores para captar los últimos desarrollos de las APP de infraestructura, incluyendo la sostenibilidad social y medio ambiental, control fiscal y planificación de presupuestos, transparencia y rendición de cuentas, así como nuevos instrumentos financieros.
El documento destaca que desarrollar APP de infraestructura de calidad financiera y fiscalmente viable requiere reducir la incertidumbre a través de una asignación de riesgos transparente, consistente y eficiente, así como aplicar las lecciones aprendidas a través del monitoreo continuo del desempeño de los proyectos. Además, los países deben dar más peso a la sostenibilidad y la preparación a futuro, para garantizar que la infraestructura económica y social supere las pruebas del tiempo y el cambio climático.