La innovación y la modernización, así como prácticas sostenibles, son algunas de las estrategias para expandir al sector agroindustrial.
Por: Malema De León | mdeleon@panacamara.org
La agroindustria de América Latina y el Caribe podría beneficiarse de una transformación productiva que facilite su inserción en las cadenas globales de valor, según el estudio Competir en la Agroindustria: Estrategias Empresarias y Políticas Públicas para los Desafíos del Siglo XXI del Banco Interamericano de Desarrollo y de BID Invest.
El documento en mención analiza los retos que enfrenta la agroindustria como la necesidad de innovación y modernización, y la inclusión en su estrategia de negocios de los desafíos ambientales, además de detallar las políticas públicas que pueden facilitar la inversión y expansión de la agroindustria.
El libro revisa más 30 estudios de caso de inserción internacional en mercados agroalimentarios, desde grandes empresas verticalmente integradas, hasta cooperativas y las llamadas “empresas tractoras”, que permiten a pequeños productores integrarse a las cadenas agroalimentarias globales.
“Las nuevas tendencias en los mercados agroalimentarios modernos nos abren la oportunidad para que nuestros productores agroindustriales puedan mostrar su ingenio empresarial, su capacidad para incorporar tecnología, y su cuidado del medio ambiente”, dijo el presidente del BID, Mauricio Claver-Carone, en torno a este tema.
Por otro lado, el documento muestra la importancia del trabajo conjunto entre los sectores público y privado, e identifica el tipo de bienes públicos que se requieren para facilitar el éxito de los agronegocios. Esto va desde la negociación de protocolos sanitarios y fitosanitarios para facilitar la inserción internacional hasta la inversión en la infraestructura como un bien público esencial.
“Los gobiernos también deben incentivar una mayor inversión en conectividad en telecomunicaciones, ya que solo el 37 por ciento de la población rural de América Latina y el Caribe cuenta con esos servicios de manera significativa, lo que dificulta generar los sistemas de trazabilidad exigidos en forma creciente por los mercados externos”, se indica.
Agroindustria y oferta exportable panameña
Panamá muestra un buen desempeño en cuanto a las exportaciones sin cobre, lo cual ha motivado a más empresas con productos agrícolas, agroindustriales, pesqueros e industriales, a evaluar las oportunidades que ofrecen los mercados internacionales, indicó Eric Dormoi, director Nacional de Promoción de las Exportaciones del Ministerio de Comercio e Industrias (MICI).
Dormoi declaró que las exportaciones panameñas registraron cifras récords en los primeros cinco meses de 2022, en comparación con el mismo período en 2021, un este crecimiento positivo para los productos de los sectores agropecuario, agroindustrial, industrial y pesquero.
“Estamos creciendo a un ritmo nunca visto; 22% de crecimiento versus los primeros cinco meses del año pasado… Los productos que lideran son cobre 75%, y productos no cobre de todos los sectores productivos como el industrial, agropecuario, pesquero y agroindustrial que crecen 20%”, en comparación a enero-mayo de 2021.
El director del MICI también explicó que, aparte de los productos tradicionales como banano, madera teca, la carne bovina, se está diversificando la oferta panameña. “Estamos exportando cemento a más de 10 países”, indicó. De igual forma, mencionó que el vinagre que se produce en Panamá se está exportando a 14 países, sumándose a la oferta de otros productos como pintura termoplástica y casas prefabricadas, velas, aceite de palma, y maicena, “lo que está consolidando las exportaciones panameñas”.
Generación de empleo y modernización
Las exportaciones representan el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) de Panamá, detalló Dormoi; y que, en cuanto a generación de plazas de trabajo el aporte es importante, de unos 500 mil empleos directos en el agro, agroindustria, industria, y pesquero, lo que contribuye a dinamizar la economía, señaló, dando como ejemplo que un contenedor de piña puede generar de 40 a 50 empleos desde la siembra hasta la cosecha, embalaje, transporte de carga. “Es una cadena que produce dinamismo en la economía”, enfatizó.
En cuanto a la modernización de los procesos en la agroindustria y exportación, Dormoi explicó a revista Enlace Empresarial que se “debe seguir automatizando nuestros procesos. La Ventanilla Única de Comercio Exterior tiene 75% de sus trámites automatizados, lo que significa que debe seguirse digitalizando los certificados de origen que exigen otros países… hay que seguir trabajando en eso y es un reto que involucra a varias instituciones”, entre éstas mencionó el Ministerio de Salud (MINSA) y el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA).
Según cifras del MIDA, las agroexportaciones alcanzaron los US$120 millones de balboas en los cinco primeros meses de 2022, un incremento de US$14,4 millones, en comparación al mismo periodo al año 2021, específicamente en los rubros de banano, aceite de palma, sandía, papaya, tabaco, entre otros, pese al alza del combustible, escasez de insumos, la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania.
América del Norte y Europa son los principales destinos de estas exportaciones.
Agroindustria, motor para el desarrollo
El estudio del BID muestra cómo la agroindustria puede ser un motor para el desarrollo y la creación de empleos, y en éste se explica que, para integrarse a las cadenas de valor agroalimentarias modernas, los productores deben alcanzar estándares de calidad y de cumplimiento con las condiciones comerciales que exigen los compradores internacionales.
Los consumidores, por su parte, quieren cada vez más información sobre el impacto social y ambiental de los productos que consumen. Esto, en un contexto en el que ciertos insumos –como el combustible y los fertilizantes— han incrementado sus precios en forma significativa por la invasión de Rusia de Ucrania, por lo que las “estrategias de diferenciación se vuelven aún más importantes”.
Señala el reporte que la organización de la producción de las empresas que han logrado integrarse de manera exitosa a las cadenas de valor en agronegocios es variada. Algunas son firmas grandes, verticalmente integradas, que están en la frontera tecnológica en sus respectivos sectores. Pero un elemento importante y atractivo del sector de agronegocios “es su capacidad de integrar a las cadenas de valor modernas a los pequeños productores, muchos de ellos de comunidades indígenas, o de la agricultura familiar campesina”.