Director de Relaciones Corporativas y Sostenibilidad Dos Pinos/Nevada.

¿CUÁNTO ES SUFICIENTE?

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Luis Reinaldo Mastroeni Camacho | [email protected]

A lo largo del tiempo, trabajando en el tema de la responsabilidad de las empresas, he encontrado, gracias a mis maestros, las respuestas a las preguntas complejas. La primera fue con respecto  al retorno sobre la inversión, cuatro palabras mortales que podían detener una charla a los pocos minutos de haber iniciado. El tiempo me dio la razón con las respuestas que fui encontrando.

Luego vinieron otras sobre la importancia de incluir las actividades en la gestión, la de dejar de lado tanta filantropía desarticulada y hacer más inversión social estratégica. Pronto, las preguntas iban más del lado de la gente y cómo la estrategia debería empezar de adentro hacia afuera.

En este proceso que no acaba, me encontré con un artículo de la BBC en el que se exponía cómo se entiende el capitalismo en Japón y en qué se diferencia del de Wall Street. Mi atención se centró en una frase que decía: “cuando los accionistas japoneses ven que el contexto cambia, entienden también que sus rendimientos económicos van a cambiar y lo aceptan”; en otras palabras, comprenden que su empresa depende de que la sociedad esté en buenas condiciones para exigir más rendimientos, pero si no lo está, saben que sus ingresos no serán los mismos.

Me detuve un instante y pensé que esta lectura me daba la razón en algo que venía pensando desde hace tiempo. Mi hipótesis es que, en algún momento del proceso en que la sostenibilidad se va abriendo camino en la empresa, se deberá responder a la pregunta de este artículo: ¿Cuánto es suficiente?

Es decir, llegará el momento en que el negocio deba decidir entre la inversión que lo haga ganar más y la que le permita estar a la altura de las expectativas de sus partes interesadas. No me mal entiendan, no estamos hablando aquí de que van a perder, estamos hablando de que, tal vez, no ganen tanto.

¿Cuánto será suficiente entonces?, ¿será suficiente cuando destruyan el contexto social y ambiental y no puedan operar más? Actualmente lo estamos viviendo, donde el calor en muchas partes del mundo está llegando a cifras récord y afecta las operaciones de las empresas.

¿Será suficiente cuando el buen talento deje solas a las Juntas Directivas, porque se desanimó de ver tantas diferencias entre lo que se dice y lo que se hace?, ¿Será suficiente cuando el consumidor no elija más la marca, porque no lo escucharon y no generaron valor que impacte a la sociedad de manera positiva?

¿Será suficiente cuando al no tener prácticas inclusivas, respetuosas de la equidad de género y respetuosas de la diversidad, pierdan el mejor talento? o, ¿la rotación haga que el negocio se vuelve cada vez más caro de operar?

Hoy más que nunca, se hace necesario que los directivos de las empresas den un paso al frente y digan cuánto están dispuestos a dejar de ganar para no perder a nadie en el camino, para seguir pagando impuestos, para seguir pagando proveedores. ¿Qué tal un año donde el margen sea menor?, parece ser la palabra más mala que podamos decir en una Junta. Pero veámoslo desde otra óptica.

Por un año habrá menos margen, pero el talento no se irá y ayudará a reinventar la empresa; por un año, no habrá el crecimiento esperado y a lo mejor, no crezca nada, pero los proveedores seguirán acompañando al negocio en el futuro, porque se pagaron las facturas a tiempo.

A lo mejor se detenga una inversión que iba a dejar millones de dólares más en un par de años, pero se logró mantener a toda la planilla que ayudará a sacar agua del bote más adelante y acompañará en la reinvención.

Por un año se seguirán apoyando los programas locales que hacen que el contrato social en las comunidades donde se opera se mantenga estable y con eso se evitará que haya más violencia, que, en el mediano plazo, ponga en jaque la operación.

Finalmente, por un año se logrará ser más empático con el entorno, poner en pausa las ganancias y vivir con menos, pero tratando de que la situación no se deteriore aún más de lo que ya está. Entre más golpeada esté la sociedad, más riesgo hay de operar el negocio.

Muchos dirán en este punto que el artículo no toma en cuenta a los emprendedores y las pymes. Claro que sí; sin embargo, si las cadenas de suministro no se detienen, las pymes y los emprendedores tendrán dónde ofrecer sus productos y seguir adelante.

Este es el momento de los grandes líderes empresariales, este es el momento de los visionarios, de responder de una vez por todas, ¿cuánto es suficiente? Y actuar en consecuencia. Llegó el momento de la prueba más ácida de todas: la de la moderación y el límite.

***Las opiniones aquí expresadas son de exclusiva responsabilidad del autor, y pueden no coincidir con las del cuerpo editorial de esta revista o las de este gremio empresarial.

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