Por Natalia Tieso | LinkedIn: maplebear-latam
Invertir en educación representa una rentabilidad directa no solo para las personas, sino para la sociedad en su conjunto: Si la formación de un individuo va asociada a un mayor ingreso, las personas con mayor formación académica tendrán más ingresos lo que impulsará mayor consumo y, por ende, mayor generación de impuestos.
Si una sociedad invierte en educación desde la edad temprana, fomenta la escolaridad, reduce los riesgos de delincuencia, mejora las aptitudes de los niños y les conduce a obtener mejores niveles de renta en su vida profesional futura.
Según estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los países invierten un promedio de 5.2% de su PIB en instituciones de enseñanza, desde la educación primaria hasta la superior, si se suman los gastos públicos y privados. Este año, Panamá aumentará hasta 5.5% del Producto Interno Bruto, aunque ese dinero se repartirá entre el Ministerio de Educación, las universidades y otras actividades educativas no especificadas. Esto es preocupante si consideramos que los niños, niñas y adolescentes de hoy integrarán la fuerza laboral del país y serán quienes tomen las decisiones del futuro.
El sector educativo en Panamá fue uno de los más afectados durante la pandemia por los cierres de colegios. A pesar de ello, varias propuestas educativas como la red de colegios con sistema canadiense Maple Bear mantuvieron su crecimiento, incluso presentan buenas proyecciones para los próximos años.
La decisión de invertir para construir el futuro se ve respaldada por la proyección del constante crecimiento del sector educativo. Se estima que el gasto anual en educación en todo el mundo en 2018 fue de 5.9 billones de dólares y que podría alcanzar los 10 billones de dólares para 2030. El incremento del gasto en educación digital también se dibuja alentador: se prevé que crezca un 12.5% al año desde el año 2023 al 2025.
La región representa una gran oportunidad para la educación privada ya que existe una alta demanda de una educación de calidad, de parte de las familias, pero que sea, al mismo tiempo, económicamente accesible. En la experiencia que hemos tenido con la red de escuelas en 38 países, esta relación calidad-precio garantiza excelentes retornos sea para la inversión o para requerimientos académicos de los padres, por el alto nivel educativo de estándar canadiense que reciben los estudiantes a un precio bastante competitivo en cada país.
Este último factor es importante para fomentar el regreso de la población estudiantil al sector educativo privado, que migró escandalosamente hacia el sector público en pandemia. En 2022 Panamá registró un poco más de 730 escuelas privadas a las que ingresaron 160 mil 915 estudiantes -de un universo total de 954,233- en educación inicial, primaria y secundaria. Según el Ministerio de Educación, la cifra de matriculados en escuelas privadas disminuyó en un 15,8 % en comparación a años anteriores, principalmente debido a la crisis económica.
Las políticas y estrategias públicas son también primordiales para potenciar la educación, sobre todo si se quieren mejorar los resultados de la evaluación PISA. La posibilidad de implementar planes y programas que sean capaces de transformar el sistema y proporcionar a los estudiantes una educación de mejor calidad que les permita competir, no sólo en el mercado local sino también internacionalmente, es uno de los principales motivos por los que las iniciativas particulares se hacen cada vez más atractivas.
Las políticas y estrategias públicas son también primordiales para potenciar la educación, sobre todo si se quieren mejorar los resultados de la evaluación PISA. La posibilidad de implementar planes y programas que sean capaces de transformar el sistema y proporcionar a los estudiantes una educación de mejor calidad que les permita competir, no sólo en el mercado local sino también internacionalmente, es uno de los principales motivos por los que las iniciativas particulares se hacen cada vez más atractivas.
Construir la educación del futuro apoyándose en modelos educativos ejemplares no sólo ofrece al empresariado educativo la posibilidad de recibir rentabilidad, sino también la posibilidad de implementar metodologías educacionales premium con altos estándares de calidad comprobada y enfocar -y modernizar- el contenido para despertar en los estudiantes la necesidad básica del emprendimiento, el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la creatividad y la innovación, así como el dominio de un segundo idioma. A largo plazo, esto se convierte en mayores oportunidades laborales y sociales que mejoran la calidad de vida de las personas, así como la imagen y competitividad del país.
***Las opiniones aquí expresadas son de exclusiva responsabilidad del autor, y pueden no coincidir con las del cuerpo editorial de esta revista o las de este gremio empresarial.