Por: Mónica Fábrega | [email protected]
El capital humano es esencial para el éxito empresarial, el control de costos, la productividad y la eficiencia directa. Las empresas que priorizan el desarrollo de su personal, denominadas “People + Business Winners” por la empresa consultora McKinsey & Company, demuestran un mayor retorno financiero y son más resilientes. Además, tienen tasas de deserción más bajas y colaboradores altamente motivados, lo que contribuye a una mayor innovación y crecimiento organizacional, según las encuestas de Deloitte y los informes globales de capital humano. En definitiva, invertir en el desarrollo de los colaboradores no sólo fortalece financiera y competitivamente a las empresas, sino que también mejora la calidad y la innovación de sus equipos.
Según el Informe Sobre el Futuro del Empleo 2023 del Foro Económico Mundial, una cuarta parte de los trabajos cambiará en los próximos cinco años, impulsado por factores como la transformación verde y la digitalización. También sugiere que las habilidades clave que requiere el capital humano de una empresa para enfrentar el cambio son el pensamiento analítico, el pensamiento creativo y las habilidades tecnológicas.
Aunque la contratación externa puede aportar habilidades necesarias y nuevas perspectivas, desarrollar el talento interno es rentable y beneficioso a largo plazo para el compromiso y la retención de los colaboradores. Un enfoque equilibrado que priorice la mejora interna y al mismo tiempo contrate personal externo para necesidades específicas puede ayudar a las organizaciones a tener éxito en un mercado competitivo.
La inversión estratégica en el desarrollo de los colaboradores debe incluir tres pilares principales.
El primero es desarrollar las competencias transversales que permitan al personal adaptarse a un entorno laboral cambiante, anticipar desafíos y responder rápidamente. Con la ayuda de la tecnología, podemos evaluar estas competencias y crearles una ruta personalizada.
El segundo es implementar un programa de certificación tecnológica para mejorar aún más la productividad de los colaboradores. Este proceso de desarrollo debe comenzar con una evaluación de competencias y con metas claras que se alineen a los objetivos estratégicos de la empresa.
Finalmente, el tercero es promover el dominio lingüístico del inglés para seguir siendo competitivos y estar a la vanguardia de la innovación en un mundo interconectado. Permite a los colaboradores comunicarse de manera más eficiente, acceder a información importante y formar redes y colaboraciones internacionales.
Retener y empoderar a los colaboradores es fundamental para el éxito empresarial, ya que genera experiencia, compromiso, reduce costos, fomenta la innovación y mejora la cultura organizacional. Es importante implementar una estrategia de adquisición de habilidades que permita a los empleados impulsar la empresa para que pueda reinventarse constantemente. Las herramientas tecnológicas nos permiten visualizar el estado actual de las competencias, trazar una ruta personalizada y medir el progreso hacia el objetivo deseado.
***Las opiniones aquí expresadas son de exclusiva responsabilidad del autor, y pueden no coincidir con las del cuerpo editorial de esta revista o las de este gremio empresarial.
