Por: Malema De León | [email protected]
Se revela un aumento significativo de los ataques de malware contra ordenadores y dispositivos móviles. La formación, la comunicación y la inversión figuran entre los aspectos a considerar frente a las ciberamenazas.
Del informe Ciberseguridad en Centroamérica y Caribe 2024: Amenazas y Tendencias de BeDisruptive se desprende que esta región será partícipe, durante este año 2024, de las amenazas globales como la propagación de malware avanzado impulsado por Inteligencia Artificial (IA), la proliferación de deep fakes para la manipulación de la opinión pública, y los ataques dirigidos a infraestructuras críticas.
La adopción de la IA por parte de los cibercriminales con la inestabilidad que puede causar la agenda electoral en la región y la consolidación del hacktivismo, también forman parte de las amenazas a considerar, destaca el reporte que enumera, además, factores para determinar el nivel de riesgo, entre estos, la evolución de la penetración tecnológica; la madurez en ciberseguridad; las tendencias de ataques globales; el crecimiento económico de la región que determinará las actividades cibercriminales; y las tensiones geopolíticas.
“Los países centroamericanos deberán proteger con más afán las infraestructuras críticas, las redes gubernamentales, la cadena de suministro y las entidades financieras porque serán, previsiblemente, y como en años anteriores, los principales objetivos de ataque de los cibercriminales”, se señala en el informe que revela un aumento significativo en los ataques de malware contra ordenadores y dispositivos móviles, especialmente en intentos de ataques de phishing, ransomware y troyanos bancarios.
Según un estudio de la empresa ESET, citado por BeDisruptive en su reporte, el 69% de las organizaciones de América Latina sufrió algún incidente de seguridad durante el último año. Los países de Centroamérica con el mayor porcentaje de detecciones de códigos maliciosos en campañas de phishing son Costa Rica (7,2), Guatemala (5,2) y El Salvador (5,1).
Caso Panamá
De 176, Panamá se posiciona en el puesto 75 de la National Cybersecurity Index (2016-2023), un ranking que mide la preparación de los países para prevenir las ciberamenazas y gestionar los ciberincidentes, según el informe de BeDisruptive.
Se agrega que, a pesar de que se ha reducido el número de ciberataques debido, en parte, al bajo impacto que han generado los mismos, Panamá, uno de los principales países de la región, “puede ser foco de posibles ciberataques derivados de posibles colaboraciones a nivel internacional”.
En Panamá fueron identificados varios sectores afectados, como el financiero, que se ha posicionado y observado como uno de los más afectados en 2021 desde una perspectiva histórica, ya que aumentaron un 52% los ciberataques en dicho sector, tendencia al alza continuada durante 2022 y 2023.
En relación con las entidades gubernamentales, el país ha sido un objetivo frecuente en los últimos años. En el sector Salud y Justicia, se detalla en el informe que, en el verano de 2023, un ciberataque a gran escala a la compañía IFX Networks afectó a 17 países en América, incluyendo Panamá. “Dicho ciberataque fue un ransomware totalmente dirigido a la cadena de suministro, que dejó inhabilitados los servicios estatales de atención en línea al público en salud y justicia”.
Incluso, a lo largo del último año, el sector educativo, turístico, y sanitario han tenido afectaciones, de ahí que sea “esencial potenciar la concienciación para fortalecer la defensa ante posibles ataques dirigidos hacia la primera línea de defensa de las empresas: sus empleados”, de acuerdo con el reporte.
También, entre las recomendaciones detacó la necesidad de ejecutar una estrategia nacional de ciberseguridad y desarrollar foros de comunicación entre organizaciones privadas y públicas que permitan compartir información de amenazas y tendencias en esta materia.
El documento completo, con otros datos y medidas imprescindibles para aumentar la madurez en ciberseguridad, fue abordado durante un taller intensivo, organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y NUMU-BeDisruptive, el cual reunió a profesionales del periodismo, con el objetivo de dotarlos de herramientas y conocimientos esenciales para proteger la información en la era digital y mejorar sus prácticas periodísticas mediante el uso de la IA.
