Por: Gustavo Manrique Salas | [email protected]
Fundador de Semiotik Consulting, y consultor en reputación corporativa, comunicación estratégica y gestión de riesgos.
La segunda ley de la termodinámica establece que en el universo todo tiende al desorden y en sistemas complejos el caos es la norma. Los sistemas sociales, económicos y políticos actuales son extremadamente complejos y bajo la premisa anterior, la tendencia al desorden será una constante.
En los últimos años en el mundo empresarial se ha hablado de entornos VUCA, un término ideado en la Escuela de Guerra del ejército de Estados Unidos durante los años 90. El término VUCA es el acrónimo inglés de Volatility, Uncertainty, Complexity y Ambiguity, es decir volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad. Estas son cuatro características que definen el entorno empresarial.
La volatilidad implica variabilidad e inestabilidad en la trayectoria de algo durante un tiempo determinado. En el caso de las organizaciones el objetivo es algo que está en permanente movimiento y por ello hay que hacer ajustes constantes a la estrategia. La incertidumbre se entiende como la ausencia de información para tomar decisiones, poca certeza sobre lo que se puede pronosticar en el futuro.
La complejidad parte de una gran diversidad de variables que deben ser analizadas al mismo tiempo y que no tienen una conexión clara entre sí. La ambigüedad hace que un mismo fenómeno pueda tener múltiples interpretaciones, por lo cual no hay una decisión correcta perse. No hay una receta preestablecida. A esto se suma un elemento adicional, que es, la aceleración del cambio. Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial destacó en su artículo “La Cuarta Revolución Industrial: qué significa, cómo responder a ella” que este periodo no es la continuación del precedente sino una fase distinta, porque existe una variable que lo cambia todo: la velocidad. Los avances pasaron de ser lineales a ser exponenciales.
La velocidad de los cambios en nuestro mundo VUCA es tan rápida que para las organizaciones es cada vez más difícil establecer una hoja de ruta. Por ejemplo, cuando creíamos que la transformación digital estaba resuelta con instalar nuevos equipos, sistemas y softwares, llegó la inteligencia artificial para recordarnos que la obsolescencia tecnológica es cada vez más rápida, que es necesario avanzar en una transformación constante para no perder competitividad.
En ese contexto VUCA y de transformación las empresas deben desarrollar conocimientos, atraer talento y crear una cultura capaz de gestionar de forma efectiva el cambio. Algunas han incorporado en sus procesos estructuras ágiles, que les permita anticiparse, gestionar innovaciones de forma rápida y estar preparadas para responder a los cambios mientras se mantiene la continuidad del negocio.
Otro aspecto clave es contar con el liderazgo adecuado. Ante estas realidades una sola persona no tiene respuesta para todas las preguntas ni capacidad para comprender lo que sucede en el entorno. El líder actual deja de ser protagonista para ser una pieza más del equipo en un ejercicio colectivo, donde equipos lideran equipos bajo un mismo propósito.
Liderazgo colectivo, cultura corporativa ágil, atracción de talento, creación de ecosistemas y desarrollo de conocimientos serán clave en los próximos años.
***Las opiniones aquí expresadas son de exclusiva responsabilidad del autor, y pueden no coincidir con las del cuerpo editorial de esta revista o las de este gremio empresarial.