Por: Bismark Rodríguez | [email protected]
Los escenarios económicos y geo-políticos dan cuenta de problemas en la eficiencia de la cadena de suministros global de bienes y servicios, la situación de guerra en Europa Oriental, subida de tasas de interés, incremento en el precio de los bienes de consumo, renuncias en cantidades inusitadas de la fuerza laboral en algunos sectores, temor ante los rebrotes de COVID-19 y la amenaza de la “próxima pandemia”, presión sobre el nivel de empleo, aversión al riesgo de desembolsar nuevos préstamos, entre otros elementos que dan matices más y menos intensos a cada escenario.
En las actuales circunstancias, se hace necesaria la revisión de planes estratégicos para redefinir lo que se espera y se requiere del futuro. ¿Qué complejidades se agregan al negocio de intermediación financiera? ¿Qué se espera de los clientes y partes interesadas? ¿Qué inversiones se deben realizar en materia de transformación tecnológica y cuáles no podrán hacer? ¿Cómo hacer más eficientes la operación sin afectar la agilidad y la posición de mercado? ¿Pueden compartirse riesgos, costos y talento?
Hoy más que nunca las juntas directivas y los ejecutivos de las entidades requieren liderar un cambio de mentalidad en la organización y en el sector, partiendo del hecho que significaría el deterioro de la capacidad de ser efectivos para prevenir, adaptar, responder, recuperar y aprender de las disrupciones del entorno. También supone considerar que la planificación estratégica debe considerar los escenarios en los que se mueven los riesgos y asumir que lo peor puede suceder, como en efecto ya ocurrió.
La agenda estratégica en el sector incluye, entre otros:
- Renovar la oferta de productos y servicios centrado en el cliente y sus necesidades;
- Adoptar la transformación digital y analizar el potencial que ésta tiene para generar ingresos y optimizar costos;
- Establecer mediciones de rentabilidad y eficiencia operacional para generar el empuje y liderazgo en la ejecución y el logro de objetivos;
- Identificar posibles pérdidas de fuentes de ingresos y fuga silenciosa de costos y establecer planes para remediar y reconducir;
- Entender el entorno económico y geopolítico y modelar escenarios y posibles planes de acción desde una visión estratégica y observar el comportamiento de los clientes, los cambios en sus preferencias y formas de interactuar apoyados en el análisis de datos;
- Abrir la mente a nuevas formas de control y de gestión de riesgos más dinámicas e inteligentes que pueda reducir el costo normativo y asegurar efectividad en su cumplimiento;
- Reconocer las necesidades en gestión de las capacidades y habilidades del talento y trabajar por construir la fuerza de trabajo que generará sostenibilidad al negocio;
- Analizar cómo los espacios físicos de trabajo necesitan transformarse para vincular la gestión de expectativas de colaboradores, la gestión del desempeño y la eficiencia operacional en un esquema de operación que se percibe crecientemente más híbrido post-covid y con cambios relevantes en las preferencias de los colaboradores;
- Tomar en serio el reto de la sostenibilidad y cambio climático como un elemento de responsabilidad corporativa pero también con una visión de generar ventajas competitivas en relación con mercados y segmentos objetivo y diversificación y optimización del costo de las fuentes de fondeo;
- Estar en modo de vigilancia activa en el mercado para posibles fusiones y adquisiciones que contribuyan a fortalecer el portafolio de clientes y cuota de mercado, así como retribuir en los niveles esperados a los accionistas del negocio.
Los tiempos requieren que los líderes de las organizaciones puedan acometer las acciones estratégicas que quedaron postergadas en los últimos dos años, y así administrar la demanda de las expectativas del mercado, respondiendo con agilidad y eficiencia al requerimiento de clientes y muchas otras partes interesadas. Por ello, i) Repensar el modelo operativo; ii) Digitalizar y automatizar con propósito definido; iii) Identificar metodologías y herramientas que empujen el negocio de manera segura y; iv) Optimizar la forma como se gestiona la fuerza de trabajo; son cuatro imperativos que no pueden estar fuera del lineamiento estratégico de las organizaciones financieras hoy día.
***Las opiniones aquí expresadas son de exclusiva responsabilidad del autor, y pueden no coincidir con las del cuerpo editorial de esta revista o las de este gremio empresarial.