Organismos financieros determinan áreas de acción fundamentales para impulsar el desarrollo social, económico e institucional del país.
Por: Malema De León | [email protected]
Consolidar el crecimiento económico de manera inclusiva y sostenible es uno de los principales desafíos de Panamá. Este y otros retos enmarcan las acciones a seguir. Algunas estrategias ya han sido presentadas y otras en marcha, como la del Grupo Banco Mundial, que respalda un “Marco de Alianza de país” con Panamá, con el que se busca determinar, durante el período 2024-2028, “las acciones claves para apoyar la creación de empleo, diversificar la economía, fomentar la inclusión, fortalecer el capital humano y la prestación de servicios básicos”, además de aumentar la resiliencia ante las crisis naturales y el cambio climático.
Según lo planteado, entre los objetivos que se desprende del nuevo marco de alianza, están:
- Impulsar la creación de empleo, fomentando el acceso al financiamiento para pequeñas y medianas empresas, en especial, las de mujeres emprendedoras.
- Fortalecer la gestión de la inversión y los sistemas financieros a nivel público.
- Fomentar las alianzas destinadas a movilizar las inversiones privadas en infraestructura.
- Fortalecer las instituciones públicas.
- Crear oportunidades para mujeres, grupos indígenas, comunidades afropanameñas, y otras poblaciones vulnerables.
- Fortalecer el capital humano del país.
- Abordar las pérdidas de aprendizaje agudizadas por la pandemia del COVID-19.
- Modernizar los sistemas de salud y las redes de protección, mediante el fomento del uso de tecnologías digitales, con el fin de facilitar el acceso de las comunidades indígenas y otras poblaciones vulnerables a los servicios básicos.
Resiliencia y transición
Asimismo, en este Marco de Alianza, el Grupo Banco Mundial continuará respaldando los esfuerzos de Panamá para aumentar su nivel de resiliencia ante las crisis naturales y el cambio climático, a través de medidas de adaptación y mitigación. También apoyará la transición a fuentes de energía más eficientes y sin emisiones de carbono, preservando el capital natural de manera sostenible. “Esto incluye ayudar con la estrategia climática del Canal de Panamá y aumentar la adopción de prácticas agrícolas y de uso de la tierra respetuosa con la biodiversidad de las zonas rurales”, reportó el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
Al respecto, Michel Kerf, director del Banco Mundial para América Central y la República Dominicana, señaló “el compromiso de ayudar al país a mantener su impresionante trayectoria de crecimiento, al tiempo que se mejora su nivel de prestación de servicios básicos, de manera que estos sean más inclusivos y equitativos para el beneficio de todos los panameños”.
“Las soluciones del sector privado son fundamentales para aumentar la productividad y la inclusión en Panamá”, afirmó, por su parte, Sanaa Abouzaid, gerente regional de la Corporación Financiera Internacional (IFC) para América Central, entidad del Grupo Banco Mundial dedicada al sector privado.
La elaboración de esta estrategia estuvo a cargo de las instituciones que conforman el Grupo Banco Mundial, entre éstas el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), la IFC y el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA). De acuerdo con sus promotores, este marco se basa en un análisis integral de los desafíos del desarrollo del país y las consultas con el Gobierno, el sector privado, la sociedad civil y otros socios en la tarea del desarrollo.
En Panamá, el BIRF tiene una cartera activa compuesta por operaciones en infraestructura, capital humano, gestión institucional, resiliencia frente al cambio climático, y el desarrollo rural sostenible, cuya inversión asciende a US$503 millones. En tanto, la cartera de IFC en el país alcanza los US$359 millones distribuidos en iniciativas destinadas a mejorar el acceso a viviendas asequibles para mujeres y a ofrecer préstamos a empresas que son propiedad de mujeres, además de las participaciones en infraestructura, en especial, en apoyo al Canal de Panamá. Por su parte, el MIGA tiene una cartera de US$ 670 millones, divididos en proyectos enfocados en transporte e inclusión financiera.
Visión del BID para Panamá
En tanto, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) también presentó, en ferebrero de este año, su informe, “Panorama de oportunidades para Panamá“, con la idea de que este país consolide su crecimiento económico de manera inclusiva y sostenible.
Reconociendo a Panamá como un referente de crecimiento en América Latina y el Caribe, con un incremento promedio del Producto Interno Bruto (PIB) de cerca del 6% anual entre los años 2000 y 2019, “y una admirable recuperación postpandemia con un crecimiento promedio de 11% entre 2021 y 2023”, el informe también subraya los retos a enfrentar, tales como “los desequilibrios territoriales, un limitado espacio fiscal, y las deficiencias en el gasto social que han resultado en marcadas y persistentes disparidades en el nivel de vida de los ciudadanos”.
Organizado en torno a tres pilares temáticos —desarrollo humano, impulso a la productividad y modernización institucional—, el informe ofrece recomendaciones estratégicas para abordar esos importantes desafíos, actuales y futuros.
En ese contexto, según se desprende del documento del BID, es esencial implementar “medidas que reduzcan la desigualdad, faciliten la diversificación productiva y que promueva un manejo eficiente y sostenible de los recursos tanto financieros como naturales, especialmente el agua, con el firme objetivo de acompañar a Panamá en su camino hacia un desarrollo equitativo y próspero”.
