Bruno Basile
Bruno Basile | Head of Communications de Tetra Pak para Centroamérica y el Caribe, consultor de comunicación y vicepresidente de la Asociación de Directores de Comunicación de Panamá.

GESTIÓN DE INTANGIBLES EN UN MUNDO CONVULSO

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Por: Bruno Basile | [email protected]

Si hace cinco años alguien nos hubiera dicho que viviríamos en paralelo una pandemia, una guerra en Europa y eventos climáticos extremos en distintas partes del planeta, probablemente, no le hubiéramos creído.

El mundo que conocimos, relativamente predecible, ha desaparecido y el discurso que por tantos años especialistas de distintas ramas predicaron, se ha vuelto realidad: Las empresas que quieran sobrevivir a los cambios, necesitan anticiparse a los riesgos y aprender a gestionar su negocio, equilibrando los aspectos económicos, sociales y ambientales.

Según el Barómetro de la Confianza (Edelman 2022), las empresas y las organizaciones no gubernamentales generan los mayores niveles de confianza entre la ciudadanía. Para las empresas, en particular, el reto es todavía más grande porque, no solo deben operar en un entorno volátil y cambiante, sino, que, a su vez, necesitan hacerlo manteniendo la transparencia y la confianza de sus grupos de interés.

Es allí donde, para las empresas, la gestión de intangibles juega un papel fundamental a la hora de que sus clientes, colaboradores, accionistas y demás partes interesadas se conviertan en embajadores de sus productos y servicios, y, además, ante una crisis, puedan servir de contrapeso.

Elementos como la reputación, la marca o los factores sociales y ambientales, deben ser gestionados de forma integral en el negocio, porque permiten a las organizaciones entender mejor el entorno, anticiparse a los cambios y conectar mejor con los intereses de la sociedad. 

El informe, “Global Intangible Finance Tracker (GIFT™)”, señala que el 50% del valor total de una empresa reside en sus intangibles. Según dicho estudio, en la década de los años setenta, el 80% del valor de una organización residía en sus activos tangibles (fábricas, productos, etc.). En la actualidad, hasta el 80% del valor total de una organización reside en sus recursos y activos intangibles (como la comunicación).

En un mundo atomizado por los cambios tecnológicos, sociales y culturales, las empresas necesitan estar en constante escucha para generar incidencia en temas como la igualdad salarial, la eliminación de los prejuicios y la discriminación en el ámbito laboral, o, sobre cómo afrontar los riesgos climáticos, por ejemplo.

En la medida en la que las organizaciones alineen sus estrategias con este tipo de criterios, y evolucionen sus modelos de generación de valor para los shareholders (accionistas), hacia una generación de valor integral para todos los stakeholders (grupos de interés), la sostenibilidad de su modelo de negocio se verá recompensada.

Un modelo de negocio socialmente responsable facilita la gestión de intangibles al introducir la perspectiva económica, social y ambiental en todas las áreas de la empresa. Además, permite manejar de forma adecuada los riegos y potencia el impacto positivo de la organización en su entorno.

Queda demostrado que, para conocer el valor real de una empresa a largo plazo, no es suficiente basarse en los indicadores financieros. La clave está en establecer mecanismos que permitan identificar, modelar, medir y gestionar la relación entre los activos tangibles y los activos intangibles. De esta forma, las organizaciones podrán explicar su valor diferencial y garantizar la construcción de proyectos empresariales a largo plazo.

***Las opiniones aquí expresadas son de exclusiva responsabilidad del autor, y pueden no coincidir con las del cuerpo editorial de esta revista o las de este gremio empresarial.

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