Por: Malema De León | [email protected]
En Panamá, las iniciativas hacia un futuro sostenible de cara al cambio climático continúan, sobre todo, enmarcadas en el compromiso país de apoyar una hoja de ruta que trasciende fronteras.
Desde la firma del Acuerdo de París en el 2015, Panamá ha enfrentado desafíos y ha avanzado en la gestión de sus recursos naturales, así como en la implementación de políticas climáticas de manera sostenible. Una de éstas es la presentación, por parte del Estado, de la Segunda Actualización de sus Contribución Determinada a Nivel Nacional (CDN2), que constituye “un incremento de ambición” para hacer frente al cambio climático, abarcando 10 sectores y áreas, 55 nuevos compromisos y 9 replanificados que se desarrollarán a corto y mediano plazo, y de esta forma, reducir emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI) e incrementar resiliencia.
Sobre esta actualización, las autoridades del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) dijeron que, debido a la “vulnerabilidad del país ante los efectos del cambio climático”, se decidió aumentar “el nivel de ambición climática” para garantizar su sostenibilidad y competitividad a corto y mediano plazo.
Durante ese anuncio, Pablo Viera, director Global de NDC Partnership, sostuvo que Panamá es uno de los primeros países de la región y a nivel global en presentar la actualización de su CDN, “y eso lo convierte hoy en un referente a nivel mundial”. Por su parte, Isabela Matusz, embajadora de la Unión Europea, elogió este gran esfuerzo país, “para seguir avanzando con su ambiciosa agenda en materia de cambio climático”.
De igual forma, Itziar Gonzalez residente adjunta del Programa de las Naciones Unidas (PNUD) en Panamá, expresó que este país ha dado un paso decisivo hacia un futuro sostenible de cara al cambio climático, por lo que “estamos comprometidos en apoyar esta hoja de ruta con determinación y transparencia, para contribuir a este esfuerzo colectivo por una nación sostenible, justa y próspera”, acotó.
Representantes de los diferentes sectores y áreas explicaron sobre los alcances y medidas que se tomarán para establecer una política sobre el cambio climático. Los sectores incluidos en esta presentación fueron Energía, Bosques, Marino Costero, Agricultura, Ganadería y Acuicultura Sostenible, Género, Biodiversidad, Salud Pública, Infraestructura Sostenible, Asentamientos Humanos y Economía Circular.
Se conoció durante este evento que, desde la firma del Acuerdo de París en el año 2015, Panamá ha enfrentado desafíos significativos, pero también ha logrado avances notables en la gestión de sus recursos naturales y en la implementación de políticas climáticas.
El Acuerdo de París es el tratado más importante en la lucha contra el cambio climático, y antes éste, Panamá tiene el compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, con el impulso a las energías renovables y el aumento de las actividades de reforestación y conservación de los bosques, principales sumideros. De ahí que la CDN2 “es un importante paso porque toma en cuenta los nuevos escenarios que hacen más vulnerable al país”, señalaron las autoridades de MiAmbiente.
Emisiones y cambio climático
En otra iniciativa, Panamá trabaja con el Banco Mundial (BM) para seguir reduciendo las emisiones y adaptándose al cambio climático mediante un proyecto aprobado en marzo pasado.
Se informó que este proyecto, de 350 millones de dólares, respalda las reformas establecidas en dos pilares. El primero de estos se enfoca en promover una transición hacia las energías limpias, un crecimiento con bajos niveles de emisión de carbono y socialmente inclusivo, e innovaciones tecnológicas favorables para la preparación frente a desastres.
Bajo ese componente, Panamá seguirá fortaleciendo los marcos normativos y regulatorios que se crearon para reducir las emisiones de los sectores de la energía y el transporte. “La descarbonización de estos sectores es fundamental para cumplir los compromisos asumidos por el país frente al cambio climático”, se destaca en el acuerdo. Asimismo, este pilar respalda las reformas políticas orientadas a la electrificación rural por medio de las energías renovables y la conectividad digital.
El segundo pilar ayudará a Panamá a seguir desarrollando sus capacidades para gestionar sus recursos naturales de manera sostenible y planificar frente al cambio climático. Esto incluye el apoyo a instrumentos que contribuyan a mejorar la planificación y la gobernanza climática, como lo es Sistema Nacional de Adaptación al Cambio Climático y los Escenarios de Cambio Climático, que funcionarán como base para la planificación de las inversiones públicas y privadas de cara al futuro.
La operación se basa en el préstamo anterior de política de desarrollo (PPD), sobre Resiliencia Climática y Crecimiento Verde aprobado por el BM en abril de 2023, y destaca el compromiso de Panamá de integrar la sostenibilidad y la acción climática en su gestión política a nivel económico y social.
Clima y agua
El potencial hídrico de Panamá y su clima han sido temas de análisis en diversos cónclaves. Uno de estos espacios fue el primer Congreso Nacional de Cuencas Hidrográficas, auspiciado por el CAF –banco de desarrollo de América Latina y el Caribe.
En dicho congreso se subrayó la necesidad de abordar la variabilidad climática y la reducción en la disponibilidad de agua como desafíos críticos crecientes a enfrentar con “sistemas integrados de toma de decisiones, una normativa que promueva una gestión ágil y participativa, y una planificación efectiva”. Al respecto, CAF promueve una gestión de los recursos hídricos que integre aspectos técnicos y humanos. Como lo indicó Fernando Loria, ejecutivo principal de la Dirección de Proyectos de Infraestructura Urbana, Agua y Saneamiento de dicho ente.
«Históricamente, la gestión del agua ha sido vista como un proceso predominantemente tecnocrático. Sin embargo, es fundamental reconocer su dimensión humana”, dijo Loria, al tiempo que señaló la necesidad de “avanzar hacia una gobernanza del agua que sea tanto efectiva como inclusiva, asegurando un futuro sostenible para todos».
También se refirió a “la notable riqueza hidrológica de Panamá”, país con una precipitación media anual de, aproximadamente, 3,000 litros por metro cuadrado y con más de 500 ríos que abastecen 52 cuencas hidrográficas; lo que, a su juicio, se traduce en un volumen de agua disponible de 119 mil millones de metros cúbicos, resaltando que esta nación es la segunda con menos estrés hídrico a nivel mundial, después de Islandia.
De igual forma, Loria esbozó los desafíos que enfrenta Panamá, relacionados con la gestión de los recursos hídricos, atribuibles a varios factores críticos:
- Variabilidad en la distribución del agua y la disponibilidad que no es uniforme;
- crecimiento urbano y falta de infraestructura, donde a menudo el rápido y desorganizado crecimiento de las ciudades ha superado la capacidad de infraestructuras esenciales;
- impacto del cambio climático, que incluye inundaciones y sequías que incrementan la presión sobre los recursos hídricos disponibles.
Otros planteamientos destacaron en este congreso como lo señalado por Francheska Campos, representante de la Oficina de Asesoría Legal de MiAmbiente, en cuanto a la zonificación de las cinco regiones hídricas del país: Pacífico Central, Pacífico Occidental, Pacífico Oriental, Caribe Occidental y Caribe Oriental.
Por su parte, Joana Ábrego, gerente Legal del Centro de Incidencia Ambiental (CIAM) mencionó otros retos que enfrenta el manejo de las cuencas hídricas en Panamá: Inclusión de todas las autoridades con competencia ambiental; priorización en procesos de ordenamiento y consultas previas; accesibilidad de la información; medios de divulgación inadecuados y falta de inclusión de grupos vulnerables; falta de participación y confianza; tiempos restringidos e inadecuada consideración de los aportes.
Agua y sostenibilidad
En marzo pasado, de cara a las Elecciones Generales de 2024, la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (CCIAP), con apoyo estratégico del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), entregó el documento Agenda País 2024-2029 a los candidatos que aspiraban al solio presidencial, de manera que el documento fuese considerado en los planes de Estado para el próximo lustro en el país.
En esta Agenda, el tema Agua y Sostenibilidad fue elevado como uno de sus principales ejes. El documento destaca que, ante el creciente aumento de la población, la presentación del servicio de agua potable para el consumo humano, como para la vía interoceánica -Canal de Panamá-, se ha visto afectada, y califica al Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (IDAAN), principal prestador del servicio de agua potable y alcantarillado sanitario, como “una institución altamente politizada, que requiere de una reorganización en su gobernanza para un funcionamiento que atienda las necesidades del cliente de forma eficiente y rinda réditos para que su mantenimiento y sostenibilidad independiente”.
En ese sentido, se hace referencia a varios estudios en los que se recomienda “conseguir fuentes de agua alterna a la cuenca hidrográfica actual, acompañado de un programa de sensibilización y acompañamiento comunitarios que brinde confianza a la población (programa que ya desarrolla la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) dentro de la cuenca actual) ante cualquier proyecto a desarrollarse. Particularmente, cualquier proyecto que involucre la construcción de reservorios multipropósito, como lo es el caso del proyecto de Río Indio”.
Consultado sobre el tema, el presidente de la CCIAP, Juan Arias, explicó que la Agenda País recomienda al Gobierno Nacional actual, la presentación de un plan que contemple un manejo sostenible y responsable del agua con el propósito que permita el uso de este recurso para el consumo humano y en las diversas actividades del país como el Canal, la agricultura y la industria, a largo plazos. Este gremio empresarial dará seguimiento y espera la acogida de estas recomendaciones en las políticas públicas por los próximos cinco años.
Agua, clima y Canal
Según reportes de la ACP, la temporada lluviosa de 2024 comenzó con el sistema de embalses del Canal en niveles mínimos debido a la extensa y severa temporada seca de 2023, y la posterior influencia del fenómeno de El Niño. Tales alteraciones impactaron “fuertemente los acuíferos que almacenan naturalmente el agua de lluvia que cae sobre la Cuenca Hidrográfica”, se señala.
Datos proporcionados por esta entidad, el “2023 fue el tercer año más seco en la historia de la Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá (el más seco fue 1997), con un 30% menos de lluvia de lo habitual”. Se agregó que “esta extensa sequía permitió almacenar apenas el 50% del agua necesaria para enfrentar las demandas del recurso durante la temporada seca de 2024. Por lo tanto, fue necesario extremar las medidas de ahorro de agua e incluso restringir el número de tránsitos diarios a partir de finales de julio de 2023, una medida nunca implementada”.
Pese a que solo se logró almacenar 900 hectómetros cúbicos (hm³) de los 1,857 posibles, “cumplimos con nuestra prioridad de mantener agua disponible para el abastecimiento de más del 50% de la población y para las operaciones del Canal. Con el inicio de las lluvias y mejores pronósticos hidrometeorológicos, sumado a los excelentes resultados de la Estrategia Hídrica Operativa (EHO), se espera que, de forma gradual, inicie la recuperación de ambos embalses y se pueda restablecer el ritmo de las operaciones del Canal que fueron afectadas por la sequía durante el año 2023”, declararon las autoridades de la ACP frente a este desafío.
Cambio climático, visión mundial
La Organización Meteorológica Mundial (WMO, por siglas en inglés) informó en junio pasado, que “existe un 47% de probabilidades de que la temperatura media mundial durante todo el quinquenio 2024-2028 supere en 1,5 °C la de la era preindustrial, frente al 32% del informe del año pasado para el periodo 2023-2027”.
Según el informe anual sobre el estado del clima mundial, esa probabilidad se eleva al 80% cuando se hace referencia a que la temperatura media anual del planeta supere “temporalmente” los 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales durante al menos uno de los próximos cinco años. Además, hay un 86% de probabilidades de que al menos uno de estos años establezca un récord de temperatura, superando a 2023, que figura, hasta el momento, como el más cálido.
De hecho, la temperatura media mundial de junio de 2023 a mayo de 2024 fue la más alta registrada con 1,63 °C por encima de la media preindustrial de 1850-1900, según el conjunto de datos ERA5 de Copernicus Climate Change.
De acuerdo con el la WMO, los líderes mundiales se comprometieron en el Acuerdo de París a mantener la temperatura media mundial por debajo del umbral de los 2 grados centígrados, “porque por encima de esa cifra, el cambio climático empieza a ser cada vez más peligroso para el ser humano y para la supervivencia del planeta”. Además, se comprometieron a continuar los esfuerzos para limitar el aumento a los 1,5 grados.
Señala el documento que “la diferencia entre 1,5° y 2° podría determinar la extinción o la supervivencia de algunas comunidades costeras y de pequeños Estados insulares y destruir los medios de subsistencia de 300 millones de personas”.
Al respecto, el secretario general adjunto de la OMM, Ko Barrett, expresó: “Detrás de estas estadísticas se esconde la sombría realidad de que estamos muy lejos de cumplir los objetivos fijados en el Acuerdo de París”.
Considerando lo anterior, Antonio Gutiérrez, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), hizo un llamado a la acción: “La batalla para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados se ganará o se perderá en la década de 2020, bajo la vigilancia de los líderes de hoy”.