Un crecimiento dinámico, inclusivo y sostenible se hace cada vez más urgente, según análisis de la economía regional.
Por: Malema De León | [email protected]
Aunque las secuelas de la pandemia por COVID-19 persisten, las economías de América Latina y el Caribe (ALC) van camino a una recuperación. Tras rebote de 6.9% en 2021, se espera que el Producto Interno Bruto (PIB) de la región crezca 2.3% este año y un 2.2% adicional en 2023, “logrando la mayoría de los países revertir las pérdidas de PIB que tuvieron lugar durante la crisis pandémica”, de acuerdo con el nuevo informe del Banco Mundial (BM), Consolidar la recuperación: aprovechando las oportunidades del crecimiento verde.
No obstante, estas proyecciones colocan al crecimiento regional entre los más bajos del mundo en un momento en que ALC enfrenta grandes incertidumbres, como la posible aparición de nuevas variantes del coronavirus, un aumento de la presión inflacionaria y la guerra en Europa, que amenaza la recuperación mundial. De hecho, la previsión de crecimiento regional fue revisada a la baja en 0.4% tras la invasión rusa de Ucrania, detalla el documento, en el que se revela que es cada vez más urgente la necesidad de un crecimiento dinámico, inclusivo y sostenible.
Ventajas comparativas verdes
A juicio de William Maloney, economista en jefe del BM en esta región, “América Latina y el Caribe disfruta de tremendas ventajas comparativas verdes, que le brindan la oportunidad de generar nuevas industrias y exportaciones. Tiene un enorme potencial en energías renovables, grandes reservas de litio y cobre —utilizados en tecnologías verdes— y un gran capital natural, todo ello cada vez más valorado en un mundo donde el calentamiento global y la seguridad energética pasan al centro de la escena”.
No obstante, agregó, adaptarse al cambio climático y aprovechar estas oportunidades para crecer de forma diversificada y sostenible requerirá de mejoras en la capacidad regional de identificar, adaptar e implementar las nuevas tecnologías.
El Capítulo 2 del informe examina desafíos que el cambio climático plantea a la región en términos de mitigación y adaptación y las oportunidades de crecimiento que ofrece un contexto internacional cada vez más verde. Ambos relacionados: a corto plazo, los aumentos generados por la guerra en los precios de la energía y en los déficits de oferta, particularmente en Europa, trasladaron el foco de atención de la descarbonización a un aumento en el suministro inmediato de petróleo y gas natural, de la forma que sea, subrayando simultáneamente la necesidad de desarrollar las energías renovables para reducir la dependencia del petróleo a mediano plazo.
La solidez de la recuperación económica en ALC también varía según el país, y sigue susceptible al debilitamiento de vientos favorables anteriormente más intensos. Las monedas de los países exportadores de productos primarios parecen haberse desvinculado del alza en los precios de los productos primarios. “Su debilidad posiblemente sea un reflejo de la incertidumbre política, de la preocupación en torno a los perjuicios generados por la COVID-19, o del creciente nivel de endeudamiento”.
Entre las conclusiones que arroja el estudio del BM están:
- Si bien el sector bancario hasta ahora parece encontrarse mejor de lo esperado, “la región aún enfrenta un nivel elevado de endeudamiento y costos de refinanciación internacional crecientes, mientras que la inesperada presión inflacionaria agrava el dilema monetario de tener que elegir entre crecimiento o estabilidad de precios”.
- La consolidación de la recuperación no garantiza tasas de crecimiento satisfactorias, solo que ALC regrese a las tasas de crecimiento inadecuadas que caracterizaron al período anterior a la pandemia;
- Sigue pendiente una agenda de reformas de gran alcance, incluido el Estado, que deberá tener en cuenta los cambios importantes en el entorno internacional”.
No se deja de lado en el reporte que, a mediano plazo, la invasión rusa de Ucrania “derivará en pérdidas de producción, inflación creciente y mayor incertidumbre”.